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lunes, 23 de junio de 2008

Más Humor de Catón.

Llegó una muchacha a una fiesta de disfraces. Iba completamente desnuda, en peletier. En la entrada le pregunta un guardia: “¿Por qué viene usted sin ropa?”. Contesta la muchacha: “Mi disfraz es de Adán”. “¿Adán? -repite el guardia-. ¿Cómo puede usted ser Adán, si no tiene aquella parte?”. Replica ella: “Déjame entrar y en un minuto tendré varias”...

Afrodisio Pitongo, galán concupiscente, oyó cantar en una fiesta a una muchacha: “¡Qué bien cantas!” -le dijo. “Y eso que tengo laringitis” -respondió con orgullo ella. Afrodisio la invitó a bailar y tras dar con ella algunos pasos la elogió: “¡Qué bien bailas!”. Se jactó ella: “Y eso que traigo un pie falseado”. Luego ambos fueron a un motelito de esos de corta estancia o pago por evento. En medio de las eróticas acciones la alabó Afrodisio: “¡Qué bien follas!”. Y dijo ella: “Y eso que traigo una enfermedad venérea”...FIN.Catón es Lic. en Derecho y en Lengua y Literatura Españolas/cronista de Saltillo.

Doña Macalota cuidaba mucho su salud. Leyó acerca de las frutas, verduras y legumbres que se cultivan orgánicamente, y en adelante ya no quiso comer de otras. Cierto día envió a su marido a hacer las compras en el súper, y le pidió encarecidamente que todos los vegetales que comprara fueran de cultivo orgánico. Conforme a esa instrucción el señor le dijo al encargado del departamento de frutas y verduras: "Estos vegetales que llevo son para mi esposa. ¿Han sido rociados con algún veneno?". Responde el individuo: "No, señor. Tendrá que rociarlos usted mismo"...Viene ahora un cuento reprobado tanto por la moral como por las buenas costumbres... Aquel sujeto llegaba todos los días al pequeño restorán, y después de estudiar largamente el menú pedía siempre lo mismo: huevos con jamón. Uno de esos días, por broma, la mesera rascó con sus uñas la línea del menú donde venía ese platillo. Quería ver cómo reaccionaba el individuo. Llegó éste y, como hacía siempre, pidió el menú. Se desconcertó al no ver ahí su platillo favorito. La mesera le dice, sonriente: "Rasqué lo que a usted más le gusta". Replica el individuo: "Entonces lávese las manos y tráigame unos huevos con jamón"... (No le entendí)... FIN.

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