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El término "otaku" puede ser traducido literalmente como "tu casa" o "tu hogar", pues se escribe como una combinación del ideograma de "casa" y el prefijo honorífico "o". En este sentido, la palabra era normalmente usada por amas de casa. "Otaku" también se puede usar para decir "tú", como un modo muy formal y cortés de dirigirse a un extraño en una conversación. Para muchos de los hóvenes aficionados al manga y el anime en Japón que eran tímidos y socialmente ineptos, esta manera de comunicarse tan respetuosa resultaba muy segura.
Para mayor exactitud, fue en junio de 1983 cuando Akio Nakamori empezó a escribir la columna "Otaku no Kenkyuu" ("Estudios sobre el Otaku") en "Manga Burikko", revista especializada en mangas "rorikon" ("lolita complex", una vertiente del hentai). En dicho espacio. Nakamori hizo un recuento de su visita a un "Comike" o "Komiketto" (abreviación de "Comic Market", convención de aficionados a la historieta y la animación), con especial mención de las características físicas, psicológicas y sociales de estos particulares aficionados. Entonces, el columnista sostuvo que la entonces vigente denominación "mania" (abreviación del inglés "maniac") era insuficiente para estos nuevos personajes, y propuso aplicarles el término "otaku". Aunque la columna fue cancelada al poco tiempo, la palabra pegó y empezó a ser usada por los medios y los mismos fans para describir al obsesionado por algú tema (es decir, un "vicioso" o "fan a muerte"), y más precisamente a aquellos jóvenes desadaptados que buscan refugio en un mundo de fantasía.
Lamentablemente, la opinión pública japonesa tomó conocimiento de la moderna denominación "otaku" debido a Tsutomu Miyazaki, un perturbado de 27 años que entre 1988 y 1989 raptó y asesinó a tres niñas en edad preescolar, los restos de una de las cuales envió a sus familiares bajo el seudónimo "Yuuko Imada" (nombre tomado de uno de sus personajes femeninos favoritos del manga). Después de su captura, en el departamento de Miyasaki (quien para remate, tenía el mismo apellido de uno de los directores de anime más prestigiosos) se encontraron unos 6.000 videos, que incluían títulos sangrientos, de horror y también anime hentai, ademásde fanzines y mangas con historias del mismo corte. Este individuo fue la materialización de la peor pesadilla de la industria del manga y el anime: un fanático incapaz de distinguir entre fantasía y realidad, obsesionado con uno de los géneros más depravados, como es la pornografía infantil. El mercado "doujinshi" (creación de historias alternas por parte de los mismos aficionados) descubrió con horror que el criminal también había vendido sus creaciones en un "komikketto".
Pero el incidente Miyazaki no fue el único caso donde términos como "otaku" y "manga" se vieron rodeados de un aura tan mórbida. A inicios de 1995, la secta Aum Shinrikyou ("Verdad Sublime") conmocionó al Japón cuando soltó gas sarín en el metro de Tokyo, lo que causó la muerte de varias personas y la hospitalización de cientos. Posteriormente, se descubrió que esta secta publicaba un manga que empleaba como herramienta proselitista, e inclusoparecía tomar muchas de sus más horrendas ideas de otros mangas. Shoukou Asahara, el líder de la secta, era un gran aficionado al manga y anime de robots, hasta el punto en que varias ideas y palabras clave de su ideología hacían referencia a historias como Uchuu Senkan Yamato, Mirai Shounen Conan, Genma Taisen y Akira.
El hecho es que en toda parte del mundo, los sectores más conservadores y anquilosados suelen buscar en el cine o la televisión la explicación de todos los males sociales, como punto de partida para justificar el facilismo de la burda censura como panacea divina. Y en el propio Japón, al término "otaku" también le tocó su parte de padecimiento, pues por mucho tiempo tuvo una connotación truculente y peyorativa, aunque gradualmente los prejuicios menguaronun poco.
Fuera de Japón, la palabra "otaku" tiene un significado mucho más restringido, en el senido de "aficionado al anime". Es más, dentro de los círculos especializados, tiene incluso un sentido honorífico y quienes se autodenominan como tales lo hacen con orgullo. Aunque claro nada más lejos de la realidad pues en Japón e termino "Otaku" no es bien visto por la gente de ese país, hasta ofensivo resulta para algunos Japoneses..
Supongo que con lo antes dicho aclaro tu duda por completo y lo más importante con veracidad.
Aquel día, durante una prueba en la que se simulaba un corte de suministro eléctrico, un aumento súbito de potencia en el reactor 4 de la Central Nuclear de Chernóbil, produjo el sobrecalentamiento del núcleo del reactor nuclear, lo que terminó provocando la explosión del hidrógeno acumulado en su interior.
La cantidad de material radiactivo liberado, que se estimó fue unas 500 veces mayor que la liberada por la bomba atómica arrojada en Hiroshima en 1945, causó directamente la muerte de 31 personas, forzó al gobierno de la Unión Soviética a la evacuación de unas 135.000 personas y provocó una alarma internacional al detectarse radiactividad en diversos países de Europa septentrional y central.
Además de las consecuencias económicas, los efectos a largo plazo del accidente sobre la salud pública han recibido la atención de varios estudios. Aunque sus conclusiones son objeto de controversia, sí coinciden en que miles de personas afectadas por la contaminación han sufrido o sufrirán en algún momento de su vida efectos en su salud.
El reactor nuclear se encuentra en Ucrania, a 18 km al Noroeste de la ciudad de Chernóbil, a 16 km de la frontera entre Ucrania y Bielorrusia y a 110 km al norte de la capital de Ucrania, Kiev. La planta tenía cuatro reactores RBMK-1000 con capacidad para producir 1.000 MW cada uno. Durante el periodo de 1977 a 1983 se pusieron en marcha progresivamente los cuatro primeros reactores; el accidente frustró la terminación de otros dos reactores que estaban en construcción. El diseño de estos reactores no cumplía los requisitos de seguridad que en esas fechas ya se imponían a todos los reactores nucleares de uso civil en occidente. El más importante de ellos es que carecía de edificio de contención.
El núcleo del reactor estaba compuesto por un inmenso cilindro de grafito de 1.700 t, dentro del cual, 1.600 tubos metálicos resistentes a la presión alojaban 190 t de dióxido de uranio en forma de barras cilíndricas. Por estos tubos circulaba agua pura a alta presión que, al calentarse, proporcionaba vapor a la turbina de rueda libre. Entre estos conductos de combustible se encontraban 180 tubos, denominados «barras de control», compuestos por acero y boro y que ayudaban a controlar la reacción en cadena dentro del núcleo del reactor.
Se propuso realizar una prueba con la intención de aumentar la seguridad del reactor. Para ello deberían averiguar durante cuánto tiempo continuaría generando energía eléctrica la turbina de vapor una vez cortada la afluencia de vapor. Las bombas refrigerantes de emergencia, en caso de avería, requerían de un mínimo de potencia para ponerse en marcha (hasta que se arrancaran los generadores diésel) y los técnicos de la planta desconocían si, una vez cortada la afluencia de vapor, la inercia de la turbina podía mantener las bombas funcionando.
Para realizar este experimento, los técnicos no querían detener la reacción en cadena en el reactor para evitar un fenómeno conocido como envenenamiento por xenón. Entre los productos de fisión que se producen dentro del reactor, se encuentra el xenón (Xe), un gas muy absorbente de neutrones. Mientras el reactor está en funcionamiento de modo normal, se producen tantos neutrones que la absorción es mínima, pero cuando la potencia es muy baja o el reactor se detiene, la cantidad de 135Xe aumenta e impide la reacción en cadena por unos días. Cuando el 135Xe decae es cuando se puede reiniciar el reactor.
Los operadores insertaron las barras de control para disminuir la potencia del reactor y esta decayó hasta los 30 MW. Con un nivel tan bajo, los sistemas automáticos pueden detener el reactor y por esta razón los operadores desconectaron el sistema de regulación de la potencia, el sistema de emergencia refrigerante del núcleo y otros sistemas de protección.
Con 30 MW comienza el envenenamiento por xenón y para evitarlo aumentaron la potencia del reactor subiendo las barras de control, pero con el reactor a punto de apagarse, los operadores retiraron manualmente demasiadas barras de control. De las 170 barras de acero al boro que tenía el núcleo, las reglas de seguridad exigían que hubiera siempre un mínimo de 30 barras bajadas y en esta ocasión dejaron solamente 8. Con los sistemas de emergencia desconectados, el reactor experimentó una subida de potencia extremadamente rápida que los operadores no detectaron a tiempo. A la 1:23, cuatro horas después de comenzar el experimento, algunos en la sala de control comenzaron a darse cuenta de que algo andaba mal.
Cuando quisieron bajar de nuevo las barras de control usando el botón de SCRAM de emergencia (el botón AZ-5 «Defensa de Emergencia Rápida 5»), estas no respondieron debido a que posiblemente ya estaban deformadas por el calor y las desconectaron para permitirles caer por gravedad. Se oyeron fuertes ruidos y entonces se produjo una explosión causada por la formación de una nube de hidrógeno dentro del núcleo, que hizo volar el techo de 100 t del reactor provocando un incendio en la planta y una gigantesca emisión de productos de fisión a la atmósfera.
Minutos después del accidente, todos los bomberos militares asignados a la central ya estaban en camino y preparados para controlar el desastre. Las llamas afectaban a varios pisos del reactor 4 y se acercaban peligrosamente al edificio donde se encontraba el reactor 3. El comportamiento heroico de los bomberos durante las tres primeras horas del accidente evitó que el fuego se extendiera al resto de la central. Aún así, pidieron ayuda a los bomberos de Kiev debido a la magnitud de la catástrofe. Los operadores de la planta pusieron los otros tres reactores en refrigeración de emergencia. Dos días después, había 18 heridos muy graves y 156 heridos con lesiones de consideración producidas por la radiación. Todavía no había una cifra del número de muertos, pero un accidente nuclear aumenta día tras día la lista de víctimas, hasta pasados muchos años después.
El primer acercamiento en helicóptero evidenció la magnitud de lo ocurrido. En el núcleo, expuesto a la atmósfera, el grafito del mismo ardía al rojo vivo, mientras que el material del combustible y otros metales se había convertido en una masa líquida incandescente. La temperatura alcanzaba los 2.500 °C y en un efecto chimenea, impulsaba el humo radiactivo a una altura considerable.
Al mismo tiempo, los responsables de la región comenzaron a preparar la evacuación de la ciudad de Prípiat y de un radio de 10 km alrededor de la planta. Esta primera evacuación comenzó al día siguiente de forma masiva y se concluyó 36 h después. La evacuación de Chernóbil y de un radio de 36 km no se llevó a cabo hasta pasados seis días del accidente. Para entonces ya había más de 1.000 afectados por lesiones agudas producidas por la radiación.
La mañana del sábado, varios helicópteros del ejército se preparaban para arrojar sobre el núcleo una mezcla de materiales que consistía en arena, arcilla, plomo, dolomita y boro absorbente de neutrones. El boro absorbente de neutrones evitaría que se produjera una reacción en cadena. El plomo estaba destinado a contener la radiación ga
mma y el resto de materiales mantenían la mezcla unida y homogénea. Cuando el 13 de mayo terminaron las emisiones, se habían arrojado al núcleo unas 5.000 t de materiales.
Comenzó entonces la construcción de un túnel por debajo del reactor accidentado con el objetivo inicial de implantar un sistema de refrigeración para enfriar el reactor. Este túnel, así como gran parte de las tareas de limpieza de material altamente radiactivo, fue desarrollado por reservistas del ejército ruso, jóvenes de entre 20 y 30 años. Finalmente, jamás se implantó el sistema de refrigeración y el túnel fue rellenado con hormigón para afianzar el terreno y evitar que el núcleo se hundiera debido al peso de los materiales arroj
ados. En un mes y 4 días se terminó el túnel y se inició el levantamiento de una estructura denominada sarcófago, que envolvería al reactor aislándolo del exterior. Las obras duraron 206 días.
La explosión provocó la mayor catástrofe en la historia de la explotación civil de la energía nuclear. 31 personas murieron en el momento del accidente, alrededor de 135.000 personas tuvieron que ser evacuadas inmediatamente de los 155.000 km² afectados, permaneciendo extensas áreas deshabitadas durante muchos años al realizarse la relocalización posteriormente de otras 215.000 personas. La radiación se extendió a la mayor parte de Europa, permaneciendo los índices de radiactividad en las zonas cercanas en
niveles peligrosos durante varios días. La estimación de los radionucleidos que se liberaron a la atmósfera se sitúa en torno al 3,5% del material procedente del combustible gastado (aproximadamente 6 toneladas de combustible fragmentado) y el 100% de todos los gases nobles contenidos en el reactor. De los radioisótopos más representativos, la estimación del vertido es de 85 petabecquerelios de 137Cs y entre el 50 y el 60% del inventario total de 131I, es decir, entre 1600 y 1920 petabecquerelios. Estos dos son los radioisótopos más importantes desde el punto de vista radiológico, aunque el vertido incluia otros en proporciones menores, como 90Sr o 239Pu (este último tardará 24,000 AÑOS EN DESAPARECER DE LA ATMOSFERA!!).
Algunas personas en las áreas contaminadas fu
eron expuestas a grandes dosis de radiación (de hasta 50 Gy) en la tiroides, debido a la absorción de yodo-131, que se concentra en esa glándula. El yodo radiactivo procedería de leche contaminada producida localmente, y se habría dado particularmente en niños. Varios estudios demuestran que la incidencia de cáncer de tiroides en Bielorrusia, Ucrania y Rusia se ha elevado enormemente. Sin embargo, algunos científicos
piensan que la mayor parte del aumento detectado se debe al aumento de controles. Hasta el presente no se ha detectado un aumento significativo de leucemia en la población en general. Algunos científicos temen que la radiactividad afectará a las poblaciones locales durante varias generaciones.
Las autoridades soviéticas comenzaron a evacuar la población de las cercanías de la central nuclear de Chernóbil 36 horas después del accidente. En mayo de 1986, aproximadamente un mes después del accidente, todos los habitantes que habían vivido en un radio de 30 km alrededor de la central habían sido desplazados. Sin embargo la radiación afectó a una zona mucho mayor que el área evacuada.
Chernóbil es ahora una ciudad fantasma, una ciudad por donde el tiempo no ha pasado desde aquel fatídico evento, quizá algún día esta ciudad vuelva a ser habitable, pero no lo sabremos hasta dentro de 24,000 años, cuando el efecto del Plutonio arrojado en el área a cuasa del accidente sea erradicado de la superfície.